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Il Terzo Libro de Madrigali

Claudio Monteverdi es uno de los más grandes compositores de la Historia de la Música, pero desgraciadamente un gran desconocido para
el público habitual. La causa es clara: El consumo musical se ha centrado en apenas dos siglos y medio, desde los últimos barrocos (Scarlatti,
Bach o Haendel) a los grandes maestros de la primera mitad del siglo XX. Casi todo lo anterior a 1700, despectivamente englobado bajo el
enojoso título de “música antigua”, o lo posterior a 1950, la llamada “música contemporánea”, aparece en los programas con mucha menor
facilidad, independientemente de su valor histórico, o su belleza.


Claudio Monteverdi es considerado el padre de la ópera, el innovador del “Ballo”, el renovador del madrigal y también el que se atrevió
a buscar nuevas fórmulas en la música religiosa. Es además uno de los padres del barroco musical, es decir, de la música moderna, tras
haber transitado por los senderos del último Renacimiento y el Manierismo. Al igual que Caravaggio, Monteverdi dotó a la música de un
gusto por el detalle naturalista y por la realidad sensible, que aplicó incluso a los héroes de la mitología: “Conmovió Arianna por ser mujer,
y conmovió así mismo Orfeo por ser hombre, y no viento”, escribió él mismo de sus dos personajes más famosos. Como Rubens, al que
conoció en la corte de Mantua, fue maestro de un colorido soberbio, al servicio de una capacidad de invención sin límites. Como Bernini,
supo idear y construir grandes espacios sin perder el gusto por el adorno, por la miniatura.


Los cuatro primeros libros de madrigales de Monteverdi, que A5 Vocal Ensemble pretender interpretar al completo y sucesivamente a lo
largo de los próximos meses, podrían situarse en la conocida como “prima prattica”, aunque las armonías son cada vez más atrevidas, y las
disonancias, más originales y audaces conforme avanza la serie. El punto de inflexión estará en el libro Quinto de Monteverdi, punto final
de la serie de conciertos previstos por el quinteto vocal, que un diálogo llevado al límite entre el asentado perfeccionismo de lo antiguo y los
emergentes valores en cambio de lo moderno, entre la tradición y la experimentación. Desde entonces, en los libros posteriores, enmarcados
en lo que el propio Monteverdi nominaría como “seconda prattica”, los madrigales monteverdianos avanzan sin posibilidad de retorno
hacia algo más cercano a la cantata dramática o incluso la ópera en miniatura, en formaciones distintas del conjunto de cinco voces de sus
primeros cinco libros.


Así, nuestra tercera incursión en el madrigal monteverdiano con “Il Terzo Libro de Madrigali a cinque voci”, publicado en el año 1592. A
diferencia de lo acontecido con el libro anterior, publicado tan sólo dos años antes, en éste los versos proceden mayoritariamente de Giovanni
Battista Guarini (1538-1612) y de Torcuato Tasso, y utiliza los versos de éste último para mostrar las máximas habilidades compositivas del
creador pues buscaba presentar obras a mayor escala que gozarán de la unidad musical cultivada por los compositores de repertorio litúrgico
dedicados, por ejemplo, a la misa. Otra cualidad también novedosa en esta colección es el virtuosismo que demandan sus creaciones. Este
tercer libro de Madrigales de Monteverdi, representa así pues su primer intento importante de cumplir el aforismo de los griegos: la música
debe servir a la palabra y no ser su señora. Los textos serán perceptibles –de ahí el recitado– y deben ser expresados –de ahí los intervalos
extravagantes–. El compositor seguirá este principio el resto de su vida y parece que no tuvo ninguna duda acerca de su veracidad.

 

Obras:

 

1. La giovinetta pianta
2. Stracciami pur il core
3. O rossignuol
4. Perfidissimo volto
5. Se per estremo ardore
6. Ch’io non t’ami, cor mio
7. O dolce anima mia
8. O primavera
9. Occhi un tempo mia vita
10. Lumi miei cari lumi
11a. Vattene pur, crudel (I)
11b. Là tra ’l sangue (II)
11c. Poi ch’ella in sé tornò (III)
12a. Vivrò fra i miei tormenti (I)
12b. Ma dove, ò lasso (II)
12c. Io pur verrò là dove (III)
13. O come è gran martire
14. Sovra tenere erbette
15a. Rimanti in pace (I)
15b. Ond’ei di morte (II)

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